En el asentamiento irregular conocido como “11 de Septiembre”, ubicado frente al canal de Sacramento, cientos de familias enfrentan con gran dificultad las inclemencias del clima en la Región Lagunera. Tras más de 20 años de vivir en la precariedad, los habitantes de este sector continúan careciendo de servicios básicos, lo que pone en grave riesgo su salud y bienestar, especialmente durante los recientes descensos en la temperatura.
Este asentamiento comenzó hace dos décadas, cuando aproximadamente un centenar de familias, sin recursos ni acceso a una vivienda digna, se asentaron en este terreno con la esperanza de encontrar un lugar donde pudieran vivir tranquilos. Sin embargo, lo que parecía ser una solución temporal se ha convertido en una larga lucha por condiciones de vida más justas.
Uno de los testimonios más representativos es el de San Juana Martínez Bautista, quien junto a su esposo y dos hijos, de 9 y 12 años, vive en una casa de cartón, madera y lámina. “Nos resguardamos con lo que tenemos”, explica San Juana, quien asegura que durante las noches más frías de los últimos días, su hogar no cuenta con ningún tipo de aislamiento que los proteja de las bajas temperaturas. Aunque la entrega de algunas cobijas por parte del gobierno local ha sido de ayuda, San Juana y muchos de sus vecinos insisten en que la verdadera solución es el acceso a los servicios básicos como el agua potable, la electricidad y la recolección de basura.
“Nos dan una cobija, pero lo que realmente necesitamos es que nos pongan los servicios como debe ser. Aquí estamos viviendo en condiciones muy difíciles, especialmente para los niños y los adultos mayores”, menciona.
La falta de servicios ha obligado a los residentes de “11 de Septiembre” a buscar soluciones desesperadas. La ausencia de agua potable ha llevado a muchos a conectarse de manera ilegal a las redes, mientras que la basura se acumula sin que los camiones de recolección pasen, lo que ha obligado a algunos a quemarla.
A pesar de los esfuerzos por mejorar su situación, los habitantes de este asentamiento han encontrado obstáculos para recibir ayuda. “Cuando hemos ido a las dependencias del municipio, nos dicen que no pueden ayudarnos porque vivimos aquí de manera irregular”, comenta San Juana, quien pide con urgencia que el Ayuntamiento reconozca oficialmente su asentamiento y les proporcione los servicios que necesitan para sobrevivir.
En su búsqueda por regularizar su situación, los vecinos han tomado la iniciativa de crear una pequeña plaza en la entrada del asentamiento, a la que han llamado “El Milagro”. Este es un símbolo de su esperanza por obtener el reconocimiento oficial de su comunidad y acceder a una vivienda digna.
A pesar de la adversidad, los habitantes del “11 de Septiembre” continúan luchando por un futuro mejor. “Ya tenemos 20 años aquí, hemos luchado mucho, y lo único que pedimos es poder vivir de manera digna”, concluye San Juana, mientras su mirada se pierde en el horizonte, buscando una respuesta que aún parece lejana.

